Viernes 23 de Agosto, 2013.
18:00 hrs.
Hoy he decidido iniciar estas memorias, lo hago en respuesta a la necesidad
que tengo de comunicarme con los amigos a quienes les interese mi vida y la de
mi familia.
Creo que al escribir en este medio cumpliré con algunos objetivos:
·
Compartir el conocimiento que hemos adquirido al vivir
esta nueva etapa en nuestra vida
·
Informar de la situación que guarda la salud de
Patricia y la moral familiar
·
Estén enterados de los resultados que están obteniendo
las oraciones y buenos deseos de todos
ustedes
Éste será un “blog” privado y sólo compartiré el enlace con quienes creo
que nos tengan un cariño sincero; al hacerlo así, todos serán libres de decidir
si quieren estar enterados, de tomar fuerza para seguir orando, de acompañarnos
y estar cerca de nosotros en este trance. Si soy constante, ya no me llamarán
para preguntarme cómo está Patricia, lo harán para decirme ¡Los seguimos en su
diario! ¡Seguimos orando!
Trataré de no escribir más de 4 páginas en esta ocasión (una por semana)
y en lo sucesivo no escribir más de una página cada vez (lo juro).
Como ustedes saben, hoy hace un mes, el 26 de julio, acudimos al
consultorio del Dr. Grover (tiene nombre de doctor de tv-novela), Patricia,
Coco y yo porque desde que regresamos de vacaciones Patricia se enfermó de un
herpes que no cedía a ningún tratamiento. Llevábamos los análisis de laboratorio
que estaba repleto de anormalidades, lo más feo era la ausencia de leucocitos
(1.2 vs. el valor de referencia mínimo de 5.0). Los datos de laboratorio
exigían que hospitalizáramos a Patricia esa misma noche, haciéndolo en el hospital
San Javier, que está a media cuadra del consultorio de doctor.
Primer reto:
¿Cómo puede una familia “clase-mediera” como la nuestra pagar una cuenta
hospitalaria millonaria?
Con un seguro de gastos médicos mayores. El de mi trabajo que es extenso:
se acabó en tres semanas. Gracias a Dios y a Alejandro Ortiz Monasterio, en
2010 compre un seguro en exceso, ilimitado, que compramos Patricia y yo “para cuando
fuéramos viejitos, por si nos enfermábamos” y que es el que nos está
sosteniendo actualmente ¿Ya estamos viejitos? ¡Qué rápido!
Seguramente hay otras formas de resolver lo económico pero ser previsor
resultó muy conveniente para nosotros.
En fin, logramos conformar a todo un ejército de vida:
Nuestros doctores están al frente de batalla luchando cuerpo a cuerpo en
contra de la enfermedad, el equipo de médicos está encabezado por 3 excelentes
profesionales, el Internista, Dr. Fernando Grover, el Hematólogo, Dr. José Rodríguez
Carrillo y el Infectólogo, Dr. De la Cabada.
La artillería la conforma La virgen del Perpetuo Socorro (patrona de mi
familia), Juan Pablo II (lo quiere todo el mundo), San Toribio (porque es mi
tío), San Josemaría (porque me ha acompañado desde mi juventud a donde quiera
que voy), Don Álvaro del Portillo (porque de todos los anteriores fue a quien conocí
personalmente y hasta hablé con él).
La infantería la conforman todos ustedes, mis amigos, que han ofrecido
oraciones y buenos deseos. Gracias a Rodolfo Luthe y Zuly Rueda que están
incluyendo oraciones por mi esposa en redes y comunidades.
El sábado 27 de julio pasaron a Patricia a terapia intermedia (también
se llama “coronarios”). Durante ése fin de semana la salud de Patricia fue en franco
deterioro. Los doctores no se atrevían a darnos un diagnóstico sin tener confirmación
de las pruebas de laboratorio (es lo más angustiante que te puede suceder).
Por fin, el lunes nos dieron el diagnóstico que ustedes ya conocen;
Patricia está enferma de Leucemia Aguda Promielocítica (LAM-M3). Una enfermedad
muy grave, muy delicada, peligrosísima, pero con experiencia científica de
curación en la mayoría de casos recientes. ¿Qué tan recientes? No sé, pero dice
el doctor que hace 20 años no existía cura para esta enfermedad.
Ese mismo día pedí un mes de vacaciones recibiendo todo el apoyo de mi
empresa, a la cual me debería referir como mi segunda familia, o tal vez como
el lugar en donde me reúno todos los días con excelentes amigos con el pretexto
de generar riqueza y muchos impuestos para nuestro País. El próximo lunes 26 de agosto (como
dice Patricia: “si Dios quiere”) regreso al trabajo. Estoy tranquilo ya que sé
que Patricia está muy bien atendida en casa.
Segundo reto:
¿Cómo consigues cantidades indefinidas de plaquetas y sangre de un día para
otro?
Con amigos sinceros. Carmen Arregui y mi sobrina Lizy, consiguieron a
muchísimos voluntarios para ser donadores, vinieron compañeros de la maestría
del IPADE, compañeros de la oficina, parientes de compañeros de la oficina, compañeras
de las clases de Patricia, amigos que demostraron ser incondicionales. Pero
¿Saben cuál es el problema? Que hoy día no cualquiera puede ser donador. Empezó
el desfile y de los primeros 12 donadores no aceptaron a ninguno, y es entonces
cuando te entra la desesperación. Por fin, conseguimos a todos los donadores
que necesitábamos ¡Muchas gracias a todos! ¡Todos los que lograron donar
considérense mis cuñados! Nos dieron un regalo de vida. Ustedes nos enseñaron
la verdadera definición de la palabra “inapreciable”. Y tan inapreciable es el
regalo de los que donaron como inapreciable lo es el regalo de quienes
intentaron.
El martes 30 de julio comenzaron las temidísimas sesiones de
quimioterapia, cuatro en total, martes, jueves, sábado y lunes.
Gracias a las oraciones de todos ustedes, la reacción a la terapia fue
mínima, Patricia no sufrió de nauseas, ni dolores, ni efectos que le hayan
causado algún sufrimiento físico grave, sólo mucho cansancio, un gran
agotamiento. El miércoles 7 de agosto Patricia (y nosotros) pudimos regresar a
una habitación “normal” en el hospital. Tuvimos vecinos de súper lujo, ese
mismo día a unos cuantos metros de distancia nació Maya Victoria Orduño Haro,
hija de mis compañeros y amigos Erica y Omar. Coincidencia: el 7 de agosto
también fue cumpleaños de mi hijo Paco, huelga decir que le quedamos a deber el
festejo para otro día y que a Mayita ni la conocí.
Tercer reto:
¿Cómo resistir a enfermedades, contagios o hemorragias sin que el cuerpo tenga
defensa alguna?
Siendo obsesivo con la higiene, siendo muy sangrón con las exigencias
sanitarias de los que entran al cuarto de tu enfermo, no aceptando visitas.
Agradeciendo la comprensión de todos los que quieren saludar personalmente a
Patricia. Nos organizamos Coco, Paco, Felipe y yo para no dejar a Patricia (no
exagero) ni un minuto sola. Del ejército de voluntarios a hacer guardias sólo
molestamos a Oso y a Cuquis (gracias a ambos y muchas gracias a todos los que
nos han ofrecido hacer guardias). No hemos aún aceptado la ayuda de más amigos
porque esto va para largo y no queremos cansarlos.
Por fin, desde el viernes 16 de agosto Patricia está en casa y está
definitivamente mejor que en el hospital, desde el punto de vista de que aquí
en la casa hay menos probabilidades de que se contagie de algo peligroso.
Lavamos colchón (gracias Lorenita), desinfectamos las casa (gracias Oscar),
lavamos con productos hoteleros profesionales y entrenamos a mis asistentes
personales Doña Mónica y Doña Martha (gracias Sra. Castillo), compré purificador
de aire, deshumidificador, ventilador, walikie talkies (gracias VISA). Todo
está rechinando de limpio, “limpisisisímo” (como decía mi mamá).
Patricia ha pasado una buena semana en casa aunque todas las noches le
ha subido la temperatura a más de 37°. Hace rato llegó casi a 38°.
Nuestra ciencia médica alópata actual ha logrado vencer esta enfermedad siguiendo
un protocolo o estándar de curación muy estricto:
Cuatro sesiones de quimioterapia con estancia hospitalaria de 8 a 15
días cada una. En cada sesión se aplica, en días intercalados, 4 dosis de
quimio. Entre cada estancia se debe esperar que la paciente se sienta bien y
regrese a su vida normal. Después de cada hospitalización la paciente pierde
todas sus defensas y comienza de cero. O sea, es una pesadilla de 5 temporadas.
Estamos en plena Temporada uno, que ya duró un mes. Faltan tres Temporadas
iguales. Acabando las terapias que requieren hospitalización se continúa con
terapias ambulatorias por lo menos dos años más y... ¡Cura total! ¿Si no hay cura
total? Pues contaremos una historia que no quiero contar ahora que debemos
estar enfocados todos en orar, mucha oración por la cura total, no se me
distraigan pensando en otras cosas.
Si no fui capaz de transmitir el mensaje claramente del proceso les hago
a continuación un resumen ejecutivo:
Esperamos que el tratamiento dure de dos a tres años, los primeros 6 a 9
meses serán una pesadilla.
Cuarto reto:
¿Cómo afrontar esta larga enfermedad? ¿Cómo resistir?
Son las 20:00, me dice Coco que a Patricia le subió la temperatura a
38.5°. Esto ya no me gustó.
Hasta luego.